Vitamina C liposomada vs Vitamina C regular
El porcentaje de vitamina C que absorbemos en el cuerpo al ingerirla en forma de alimentos o de suplementos estandar de ácido ascórbico/vitamina C puede variar mucho en función, principalmente, de dos factores:
- de la posible cantidad de carbohidratos presentes en el momento de la toma
- de los niveles plasmáticos de vitamina C en ese momento
De hecho, se observa que la toma de dosis muy altas de suplementos de vitamina C o ácido ascórbico no son bien absorbidas, con lo que es mucho más eficaz el repartir dicha dosis en varias veces al día.
Esto puede deberse a que nuestro cuerpo utiliza ciertos transportadores de vitamina C específicos en el intestino delgado para ser absorbida, los denominados SVCT-1. Éstos absorberán eficazmente sólo hasta cierto punto, y esta absorción, es regulada por nuestro organismo dependiendo del nivel de vitamina C en el plasma (sangre).
Además, cualquier exceso de vitamina C (regular) absorbida, está destinada a ser excretada en la orina para mantener un pequeño y estricto control sobre las concentraciones plasmáticas.
Volviendo a los transportadores, éstos también introducen glucosa que se convierte en un competidor de la vitamina C y por tanto no conviene tomar el suplemento de vitamina C con alta carga de carbohidratos. Aquí es donde la vitamina C Liposomal tiene una clara ventaja:
Los liposomas de vitamina C son esferas microscópicas hechas a base de fosfolípidos que llevan y contienen la vitamina C en su núcleo.
Su absorción no depende de los transportadores de vitamina C como el SVCT-1, sino de la fusión directa del liposoma con las células intestinales, lo que resulta en la liberación intracelular directa de la vitamina C que finalmente también termina en la circulación sanguínea.
La encapsulación de los liposomas supera por tanto todas las restricciones de biodisponibilidad y de absorción celular que sí tiene la vitamina C regular.
Los liposomas, al no depender de un sistema de transporte especializado penetran más y mejor a través del epitelio intestinal que es la puerta de entrada al organismo, y dentro del mismo penetran con la misma facilidad a través de las membranas de todo tipo de células, incrementando de este modo y muy eficazmente las concentraciones intracelulares de vitamina C.
Ejemplo: la vitamina C liposomal entra primero en el sistema linfático cediendo a los glóbulos blancos del sistema inmunológico parte de la vitamina C, luego entra en la corriente sanguínea pero a diferencia de la vitamina C regular que es filtrada por los riñones, la vitamina C liposomal es absorbida de la sangre por las células, tejido y órganos de todo el cuerpo.
Conclusión:
La vitamina C liposomada se abre paso hasta las células y no se pierde en la orina por lo que resaltamos este potencial de incrementar los niveles intracelulares de vitamina C
A pesar de todo lo expuesto, conviene decir que una forma de vitamina C no reemplaza a la otra.
La vitamina C regular aumenta de manera eficaz los niveles de esta vitamina en el espacio intersticial (líquido que se encuentra entre las células) y en el suero de la sangre obteniendo con ello muchos de sus beneficios, pero la vitamina C liposomada es definitivamente mejor para aumentar sus niveles en el interior de las células.
Podemos combinar ambas formas de vitamina C y así asegurarnos todos los beneficios.